La fórmula a la que recurre Chayanne para seguir en el gusto del público le sigue dando buenos resultados.
Anteanoche, en el Auditorio Nacional, diez mil personas se dejaron conducir por las baladas y el ritmo que el artista derrochó en el concierto.
Es cierto, no es la primera vez que la actual gira del cantante, "No hay imposibles", llega a México, pero como si lo fuera.
El Diario asistió como invitado al arranque de la última parte de este tour mundial, el cual, según Chayanne, le ha dado muchas satisfacciones. El artista ha elegido México para decir adiós un tiempo de los escenarios, antes de dedicarse a la preparación de su siguiente álbum.
Precisamente este show, de hora y cuarenta y cinco minutos de duración, es el que el artista presentará este miércoles, a las 9 de la noche, en el estadio "Carlos Iturralde Rivero"; y el jueves 2, a la misma hora, en Cancún, en el estadio "Andrés Quintana Roo".
Son pocos los artistas que se pueden dar el lujo de llenar varias fechas el Auditorio Nacional con una misma gira y Chayanne es uno de ellos.
El público le demostró admiración, pues hubo quienes llegaron con discos de vinil en mano, aquellos en los que el cantante aparecía en portada con chaleco rojo y pantalón negro o turbante simulando un pirata.
Fueron minutos y minutos de gritos, piropos y hasta de llanto de emocionadas fanáticas que no querían dejar de captar con el celular ningún momento o gesto del cantante.
Y aunque sus seguidoras no lo crean, hubo quien sí le dio la espalda a Chayanne: Jazmín, una niña de unos 10 años de edad, optó por dormir en su butaca durante casi todo el concierto, mientras su emocionada mamá gritaba y bailaba como quinceañera al ritmo de "Lola" y "Besos en la boca".
Fue la excepción, porque de resto, los esposos, novios o acompañantes batallaron para controlar los frenéticos gritos y hasta piropos comparados con los que miles de adolescentes de seguro le dedicarían al juvenil Justin Bieber.
Chayanne simplemente sonrió y agradeció cada regalo que le llegó al escenario. Se llevó osos de peluche, pulseras, playeras, entre otros objetos.
Antes de todo esto, el artista pasó un susto cuando a las 8:30 de la noche las luces del Auditorio Nacional se apagaron y ya estaba listo para comenzar el show. Todo quedó ahí porque antes de que el artista apareciera en escena, hubo una falla en el audio, que ocasionó que el concierto se interrumpiera.
El cuadro de bailarines comenzó a improvisar, pero ante el paso de los minutos fue evidente que la falla era mayor.
Fueron 20 minutos de espera adicional que para decenas de sus seguidores parecieron una eternidad, pero finalmente todo se arregló y la euforia se desató; sólo bastó que Chayanne cantara "Próvocame" para que el público se pusiera de pie y comenzara a bailar.
La falla técnica había quedado en el olvido; la espera comenzaba a hacer recompensada con dinámicas coreografías de baile, un coordinado ballet -tres mujeres y tres hombres- y temas que fueron de la balada a lo rítmico.
Veinte canciones, entre ellos dos popurrí, forman el espectáculo "No hay imposibles".
El show transcurre con ritmo ágil, toques latinos y guapachosos que llevan al público del sentimiento a la fiesta.
No faltan los primeros éxitos que le han dado al artista el lugar de ídolo que ocupa como "Tu pirata soy yo" o "Completamente enamorados". En este apartado también se puede contar "Tiempo de vals", un tema que "me han hecho el favor de incluir en muchas fiestas de quince años", recordó el cantante.
Como suele hacer cuando toca el turno a esta canción, una dama fue la más envidiada al ser elegida por el cantante para bailar con él entre notas de vals.
La energía boricua fue derrochada con "Guajira", "Palo bonito", "Fiesta en América", "Salomé" y "Baila".
Las baladas también son el fuerte de Chayanne y su mejor arma para armar un coro.
Con letras sencillas y sin tantas complicaciones "Y tú te vas", "Si nos quedara poco tiempo", "Me enamoré de ti", "Un siglo sin ti" y "Dejaría todo" demostraron que están en la memoria colectiva de sus seguidores.
En una pausa Chayanne ofreció una disculpa por las fallas al inicio del concierto y destacó que está rodeado de un gran equipo que lo apoya para dar lo mejor en el escenario. Pidió aplausos para sus músicos, técnicos, y el más fuerte para el público: "porque sin ustedes no estaríamos aquí".
Chayanne está cobijado por pantallas de LED que durante el concierto difunden diferentes imágenes y formas; seis bailarines, siete músicos y tres coristas; aunque, sin duda, la comunicación constante que mantiene con su público lo hacen un artista cercano y sin poses de inalcanzable.
El boricua le había cantado al amor, al desamor, a las quinceañeras, pero faltaba un tema que se ha convertido en el "clásico" tema de cierre de sus conciertos, "Torero", y con el que gasta hasta las últimas energías. Las tres coristas vestidas a la española acompañaron al artista para un cierre de mucho ritmo. No hubo imposibles para Chayanne, nuevamente confirmó que es un ídolo en México.- Santiago Ariel Cortés Pérez
Anteanoche, en el Auditorio Nacional, diez mil personas se dejaron conducir por las baladas y el ritmo que el artista derrochó en el concierto.
Es cierto, no es la primera vez que la actual gira del cantante, "No hay imposibles", llega a México, pero como si lo fuera.
El Diario asistió como invitado al arranque de la última parte de este tour mundial, el cual, según Chayanne, le ha dado muchas satisfacciones. El artista ha elegido México para decir adiós un tiempo de los escenarios, antes de dedicarse a la preparación de su siguiente álbum.
Precisamente este show, de hora y cuarenta y cinco minutos de duración, es el que el artista presentará este miércoles, a las 9 de la noche, en el estadio "Carlos Iturralde Rivero"; y el jueves 2, a la misma hora, en Cancún, en el estadio "Andrés Quintana Roo".
Son pocos los artistas que se pueden dar el lujo de llenar varias fechas el Auditorio Nacional con una misma gira y Chayanne es uno de ellos.
El público le demostró admiración, pues hubo quienes llegaron con discos de vinil en mano, aquellos en los que el cantante aparecía en portada con chaleco rojo y pantalón negro o turbante simulando un pirata.
Fueron minutos y minutos de gritos, piropos y hasta de llanto de emocionadas fanáticas que no querían dejar de captar con el celular ningún momento o gesto del cantante.
Y aunque sus seguidoras no lo crean, hubo quien sí le dio la espalda a Chayanne: Jazmín, una niña de unos 10 años de edad, optó por dormir en su butaca durante casi todo el concierto, mientras su emocionada mamá gritaba y bailaba como quinceañera al ritmo de "Lola" y "Besos en la boca".
Fue la excepción, porque de resto, los esposos, novios o acompañantes batallaron para controlar los frenéticos gritos y hasta piropos comparados con los que miles de adolescentes de seguro le dedicarían al juvenil Justin Bieber.
Chayanne simplemente sonrió y agradeció cada regalo que le llegó al escenario. Se llevó osos de peluche, pulseras, playeras, entre otros objetos.
Antes de todo esto, el artista pasó un susto cuando a las 8:30 de la noche las luces del Auditorio Nacional se apagaron y ya estaba listo para comenzar el show. Todo quedó ahí porque antes de que el artista apareciera en escena, hubo una falla en el audio, que ocasionó que el concierto se interrumpiera.
El cuadro de bailarines comenzó a improvisar, pero ante el paso de los minutos fue evidente que la falla era mayor.
Fueron 20 minutos de espera adicional que para decenas de sus seguidores parecieron una eternidad, pero finalmente todo se arregló y la euforia se desató; sólo bastó que Chayanne cantara "Próvocame" para que el público se pusiera de pie y comenzara a bailar.
La falla técnica había quedado en el olvido; la espera comenzaba a hacer recompensada con dinámicas coreografías de baile, un coordinado ballet -tres mujeres y tres hombres- y temas que fueron de la balada a lo rítmico.
Veinte canciones, entre ellos dos popurrí, forman el espectáculo "No hay imposibles".
El show transcurre con ritmo ágil, toques latinos y guapachosos que llevan al público del sentimiento a la fiesta.
No faltan los primeros éxitos que le han dado al artista el lugar de ídolo que ocupa como "Tu pirata soy yo" o "Completamente enamorados". En este apartado también se puede contar "Tiempo de vals", un tema que "me han hecho el favor de incluir en muchas fiestas de quince años", recordó el cantante.
Como suele hacer cuando toca el turno a esta canción, una dama fue la más envidiada al ser elegida por el cantante para bailar con él entre notas de vals.
La energía boricua fue derrochada con "Guajira", "Palo bonito", "Fiesta en América", "Salomé" y "Baila".
Las baladas también son el fuerte de Chayanne y su mejor arma para armar un coro.
Con letras sencillas y sin tantas complicaciones "Y tú te vas", "Si nos quedara poco tiempo", "Me enamoré de ti", "Un siglo sin ti" y "Dejaría todo" demostraron que están en la memoria colectiva de sus seguidores.
En una pausa Chayanne ofreció una disculpa por las fallas al inicio del concierto y destacó que está rodeado de un gran equipo que lo apoya para dar lo mejor en el escenario. Pidió aplausos para sus músicos, técnicos, y el más fuerte para el público: "porque sin ustedes no estaríamos aquí".
Chayanne está cobijado por pantallas de LED que durante el concierto difunden diferentes imágenes y formas; seis bailarines, siete músicos y tres coristas; aunque, sin duda, la comunicación constante que mantiene con su público lo hacen un artista cercano y sin poses de inalcanzable.
El boricua le había cantado al amor, al desamor, a las quinceañeras, pero faltaba un tema que se ha convertido en el "clásico" tema de cierre de sus conciertos, "Torero", y con el que gasta hasta las últimas energías. Las tres coristas vestidas a la española acompañaron al artista para un cierre de mucho ritmo. No hubo imposibles para Chayanne, nuevamente confirmó que es un ídolo en México.- Santiago Ariel Cortés Pérez
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