Chayanne hizo vibrar a 9.000 personas en el Multiusos con sus nuevos y viejos ritmos latinos

Moviéndose entre rampas, escaleras y diferentes alturas, el cantante fue desgranando las canciones de su último disco.

A escasos metros del Monte do Gozo, en el Multiusos Fontes do Sar, unas nueve mil personas que abarrotaban el recinto no dejaron de bailar durante dos horas con los ritmos latinos del cantante puertorriqueño Chayanne.
El forjador de éxitos como Salomé y Torero estuvo arropado por una gran escenografía en su actuación, irrumpiendo en el escenario mediante un elevador y arrancando con la canción Provócame . Moviéndose entre rampas, escaleras y diferentes alturas, Chayanne fue desgranando las canciones de su último trabajo discográfico, titulado No hay imposibles , regalando también a los incondicionales de diversas edades que se dieron cita en el Multiusos do Sar sus bailables temas y melodiosas baladas que lo han catapultado al estrellato de la música latina.
En los prolegómenos del recital, el artista rindió homenaje al equipo de baloncesto local, el Obradoiro, enfundándose una camiseta para hacerse unas fotos con varios fans, y ya sobre el escenario, tal como había prometido, se mostró con la misma energía que en sus giras anteriores, derrochando gran vitalidad y muy bien arropado por diez músicos y seis bailarinas. No cabe duda de que el artista se mantiene en muy buena forma. Precisamente, el día anterior al concierto el artista acudió al gimnasio Spagat a ponerse a tono para los movidos bailes que le esperaban en este único concierto en Galicia de su gira. El cantante puso fin a su actuación con su popular Salomé , pero el público le hizo subir al escenario, regalando generosamente a sus seguidoras y seguidores cuatro temas más, poniendo punto final con el mítico Torero .
Chayanne aprovechó su estancia en Santiago para visitar la Catedral, de la que quedó muy impresionado, y disfrutar de las gastronomía. El cantante, al que acompaña en esta gira su hermano, no pidió ninguna excentricidad para su camerino, solamente unas velas sin olor.